Estamos en octubre, mes de la campaña Octubre Rosa. La campaña tiene el objetivo de concientizar a la población sobre la prevención y la detección temprana del cáncer de mama. De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer de Brasil (INCA), en términos globales, excluyendo los cánceres de piel, el cáncer de mama se constituye en el más frecuente y común tumor maligno entre las mujeres. Se estima que entre 2018 y 2019 surgirán 59.700 casos nuevos de cáncer de mama en Brasil.

Este tipo de cáncer no tiene una causa definida, sin embargo es posible disminuir los riesgos de la enfermedad con algunas prácticas saludables y muy simples.

 

La alimentación y el cáncer

Las investigaciones del INCA revelan que si la población adoptara una alimentación saludable y la práctica regular de ejercicio físico, aproximadamente uno de cada cinco casos de los tipos de cáncer más comunes podrían ser evitados. Es decir, para cada 100 personas con cáncer, 22 casos podrían prevenirse. [1]

Muchos alimentos están asociados al desarrollo de tumores cancerígenos. La Fundación Nacional del Cáncer de Brasil alerta que el tipo de comida, la frecuencia en que se come y el modo de preparación pueden aumentar el riesgo de la enfermedad. Además, advierte sobre el consumo de carnes procesadas y ahumadas, así como de embutidos, como las salchichas. [2]

Para ilustrar, imagine que usted no saca la basura de la cocina de su casa por una semana. Como consecuencia, aparecieron moscas y otros insectos atraídos por la basura. Incomodado(a) con la situación usted va hasta la cocina y expulsa las moscas, pero deja la basura en el mismo lugar. Horas después regresa y el escenario es el mismo de antes, la basura llena de moscas e insectos. Una vez más usted expulsa las moscas y sale, dejando la basura en el mismo lugar.

Al día siguiente, usted acepta que solamente expulsar las moscas no resolvió el problema. Ante eso, saca la basura y limpia la cocina. Horas después, percibe que ya no hay moscas u otros insectos.

En nuestro organismo funciona de la misma manera, mientras usted «expulsa» la enfermedad con medicamentos y tratamientos, pero no elimina lo que atrae el problema, ella tiene grandes posibilidades de continuar desarrollándose.

Con el cáncer, la situación no es distinta. Una buena alimentación funciona como la basura de la cocina que usted botó y enseguida limpió la cocina. Una mala alimentación es como la basura que usted se negó a botar, y trató de suavizar la situación expulsando las moscas.

 

¿Y cuál es el tipo de alimentación correcta?

Para responder a esta pregunta debemos volver al plan original de Dios para la alimentación del hombre. Según la escritora norteamericana Elena de White, «El que creó al hombre y comprende sus necesidades indicó a Adán cuál era su alimento. “He aquí—dijo—que os he dado toda planta que da semilla…, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os será para comer”. Génesis 1:29. […] Los cereales, las frutas carnosas, los frutos oleaginosos, las legumbres y las hortalizas constituyen el alimento escogido para nosotros por el Creador. Preparados del modo más sencillo y natural posible, son los comestibles más sanos y nutritivos. Comunican una fuerza, una resistencia y un vigor intelectual que no pueden obtenerse de un régimen alimenticio más complejo y estimulante.»[3]

Mucho se habla de alimentación sana, pero en realidad pocas personas toman ese asunto realmente en serio. Es común personas que se quejan de que el comer sano es caro. Pero si analizas cuánto dinero gasta con cosas que hacen mal para la salud, te sorprenderás. Haz un listado de las bebidas azucaradas y llenas de conservantes que compras. Sin hablar de las galletas, chocolates, helados, frituras, enlatados y embutidos. Con seguridad, eligiendo un régimen alimenticio simple y sano gastas mucho menos.

Cuanto más simple, mejor. Elige comer más alimentos crudos y sentir el sabor de ellos. Evita al máximo aderezos y salsas industrializados, pues están llenos de sustancias que hacen daño al cuerpo. Es probable que al principio no sea una tarea fácil, sobre todo si ya estás acostumbrado a un paladar «cargado». Sin embargo, no te preocupes, en algunos días comenzaras a apreciar el sabor de una alimentación sencilla.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, a cada año 1,7 millones de vidas podrían salvarse si las personas aumentaran el consumo de frutas y verduras. [4]

La nutrición es una parte importante del tratamiento contra el cáncer. Cuida tu cuerpo, es el único que tienes.

 

Referencias

1. Instituto Nacional de Câncer: Alimentação. Acceso en 03 out 2018

2. Fundação Nacional do Câncer: Alimentação não saudável. Acceso en 03 out 2018

3.WHITE, E. Consejos Sobre el Régimen Alimenticiohttps://m.egwwritings.org/es/book/1697.631#631. Acceso en 09 out 2018

4. Organización Mundial de la Salud: Fomento del consumo mundial de frutas y verduras. Acesso em 03 out 2018