Tanto ellos como ellas pueden convertirse en el “posesivo” de la relación, a menudo para detrimento de la unión. Irónicamente, mientras más posesiva se vuelve una persona, más luchará su pareja para ser libre, logrando con este comportamiento que él o ella desarrollen una necesidad incluso mayor de controlar la situación. Los posesivos viven un círculo vicioso y emocionalmente agotador. La fuerza dominante que se esconde detrás de la persona posesiva, no importa si es hombre o mujer, es la inseguridad.
La gente que tiene una elevada autoconfianza y es feliz consigo misma, tiene fe en que su pareja, le ama y no siente la necesidad de controlar la relación ni tampoco de controlar a su pareja. Contrario a ello, alguien que es inseguro pudiera dudar de la dedicación que le brinda su pareja y entonces intentar mantener un control sobre ella. En pocas palabras, se trata de personas que se sienten vulnerables y harán lo que sea con tal de asegurarse de no ser heridos por la pareja.
“Ser posesivos con otras personas está basado en sentimientos de inseguridad y de falta de cariño”, señala el doctor Hale Dwoskin, autor del método Sedona, una clave para la felicidad, el éxito, la paz y la tranquilidad y coautor de la obra ‘La felicidad es libertad y más fácil de lo que pensamos’. Añade que tal inseguridad puede tener varios puntos de origen: el abandono del padre o la madre cuando niños, la infidelidad de una pareja romántica en el pasado y otras más. “El ser posesivos a menudo proviene de celos profundos y temor de no ser amados por la pareja”, señala Dwoskin.
Según algunos investigadores, los celos son en realidad una parte de la evolución. Ellos consideran que los hombres tienden a ser más celosos en relación a la infidelidad sexual de sus parejas, mientras que las mujeres se sienten con más celos cuando se trata de una infidelidad emocional. El razonamiento para ello es que los hombres quieren asegurarse de que sus genes y no los de otro hombre sean los que se pasen a los hijos mientras que las mujeres, tradicionalmente, necesitaban mantener el amor emocional del hombre para poder recibir su cobijo y protección.
“En la actualidad, algo de estos celos evolutivos todavía sigue en juego, mientras que otros factores (tales como el que una persona haya sido traicionada o abandonada en el pasado) casi siempre son los que se ponen sobre la mesa”, comenta el especialista.
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¿Son tú o tu pareja demasiado posesivos?
Quien se encuentre dentro de una relación con alguien posesivo a tal punto que hasta teme por su seguridad, deberá buscar ayuda de inmediato. Si alguien reconoce que tanto él/ella o su pareja es solamente un poco posesivo, debe darse cuenta de que algo de este sentimiento e incluso algo de celos es absolutamente normal, pero que si se convierte en excesivo, la relación corre un riesgo. ¿Qué se puede hacer?
Los siguientes consejos establecidos por Dwoskin para los posesivos pueden ser de mucha ayuda para dejar de lado estos sentimientos y poder manejar la relación junto a una pareja posesiva de una manera tal que esta logre florecer.
Identificar las razones… por las qué se ha desarrollado ese sentimiento de posesión.
Muy probablemente se trate de un temor al abandono que hace que la persona se vuelva posesiva y no se relacione en lo absoluto con la pareja como tal.
Hay que dejar que el temor…y la inseguridad salgan de nuestras vidas.
Si notamos tendencias posesivas, necesitaremos aprender a elevar nuestra autoestima e impedir que los sentimientos negativos respecto de nosotros mismos nos llenen de temores sobre una posible infidelidad. Dwoskin aconseja que si estamos en una relación con alguien que es posesivo, intentemos comprender que tal actitud proviene de su temor de que lo dejemos. Para ayudarles a manejar esto, es necesario reconocer que nuestras parejas necesitan permanentemente un aseguramiento extra de nuestro amor por ellas.
Ser sinceros con nosotros mismos
Si nuestra pareja es excesivamente posesiva, no dejemos de hacer aquellas cosas que amamos solamente por darle gusto. Podemos reasegurar nuestra dedicación hacia la relación hablando con ellos sobre el tema, pero bajo ninguna circunstancia debemos rendirnos y dejar de lado nuestros intereses por causa de su absurda inseguridad.
Déjele saber su deseo de seguir… adelante o de alejarse.
Parte del ciclo que mantiene el posesivismo dentro de una relación tan tumultuosa es que uno de los dos miembros de la pareja ajusta su garra y el otro trata de alejarse cada vez más. Si ambos deciden dejar a un lado esa necesidad de control o ese deseo de alejarse, habrá mucho menos combustible y el fuego se irá apagando.
Recuerde que todo esto son tan solo… sentimientos.
“Cuando alguien nos persigue sentimos la necesidad de salir corriendo. Tenemos que tener presente que esto es tan solo un sentimiento y no la realidad. Mientas más nos enfoquemos en dejar que los sentimientos negativos se alejen de la relación, más fácil será volver a sentir seguridad en la persona amada y devoción hacia ella, sin necesidad de controlarla”, señala Dwoskin.
Se debe reafirmar el amor
Algunas veces todo lo que una persona necesita para dejar de ser posesiva o celosa es un reaseguramiento de que es amada. Darse el tiempo necesario para revivir la llama del amor en la relación incrementará la felicidad compartida y les dará a ambos tranquilidad y mucha paz. Cuando se permite que Dios forme parte en una relación sentimental habrá menos desentendimientos, y si los hay -cosa que es normal- será más fácil superarlos y vivir felices.
Italo Cevallos