La lógica del ser humano me sorprende, es increíble cómo algunas cosas se vuelven ilógicas. Tengo pensado al respeto hace un buen tiempo, y cuando pienso en eso me encuentro con la Lógica de Dios, que a veces me desafía también.
Parece que el mundo vive sin explicación, y muchas veces un raciocinio lógico se vuelve ilógico, como por ejemplo el caso del Sábado.
Si usted va en las escuelas, usted se dará cuenta de que lo que más se espera es que la semana pase, lo veo constantemente, llega a ser divertido. El lunes los alumnos llegan llenos de energía, da mucho trabajo para que los profesores contengan la clase. El martes la situación se normaliza un poco, es el comienzo del pensamiento conformista que dice: «tengo una larga semana por delante». El miércoles, parece que estamos progresando, la gente tiende a conformarse. El jueves, algo extraño sucede, un sentimiento de «quiero libertad» aflora en los alumnos que los deja inquietos. El viernes ni se habla, los alumnos se inquietan, apenas ven la hora de terminar la clase para comenzar el fin de semana.
Este sentimiento es conocido por Dios, Él sabe que necesitamos descanso.
La situación es aún más pesada para los trabajadores. El lunes es el día más odiado, las cosas parecen que no rinden, el día demora en pasar. En el martes las cosas van tomando su rumbo, usted se dará cuenta de que tiene mucho trabajo por delante, pero está con mucha disposición también. El miércoles, las cosas simplemente fluyen. El jueves, las energías parecen que van acabando y el jefe comienza a poner presión. El viernes usted no ve la hora de que todo termine, están todos estresados y deseosos para que el día pase lo más rápido posible. Al salir del trabajo e ir a casa es como si un peso enorme saliera de sus hombros.
Una cosa es cierta, todos queremos que el fin de semana llegue pronto. Ahora quiero que usted pare un poco y piense en lo que hizo Dios. En Génesis 1 vemos que después de terminar toda su creación, Dios miró todo lo que había hecho y pensó: «El hombre va a estar tan ocupado creando y desarrollándose que él necesitará parar un día para descansar, voy a llamar a ese ‘feriado’ de sábado. Además, en ese feriado, voy a venir a visitarlo y pasar el día con él.
El problema es que Dios dio un feriado al ser humano y muchos hoy no lo quieren. Pero un día van a querer, un día usted verá que su vida es tan ajetreada que hasta sus fines de semana son agotadores, y usted percibirá que un día que parece ilógico, pues no tiene diferencia de los otros días, después de todo es lógico porque su diferencia no está en lo que usted no puede hacer, sino en lo que usted puede hacer, y ese día usted podrá encontrarse con el Salvador, descansar en sus brazos, relajarse y recargar las baterías, sólo porque Dios habló que ese el día era especial.
Lo curioso es que creemos en un Dios que creó los cielos y la tierra con su palabra, pero a veces es difícil creer que él creó un día con su palabra, ese día es el sábado. Disfrute el sábado, su feriado con Dios.
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Karl Heinz es pastor e profesor en el colegio adventista de Macapá, Brasil.